Hace unos días escuchando la radio una canción me llevó hasta ti. Más que la canción fue el artista, ni siquiera recuerdo nada de lo que cantó. Sin embargo, hace tiempo que ese artista me transporta hasta ti. Por eso y porque creo que nunca te lo hice saber, hoy quiero dedicarte esta entrada. Aparentemente, tu piel es transparente y no haces ruido al caminar. Tan sólo, un grano más en una playa de gran oleaje. Imprescindible para componer ese exacto paisaje pero nadie repara en ti. Y sin ser la más nada, has conseguido que los pasos silenciosos que has dado a mi alrededor me dejen huella eterna. Gracias por ir poniendo una mano en mi camino que cubran algunas esquinas, por hablarme sin tabúes y por defenderme a pesar de no tocarte ese trabajo.
Quiero decirte, que aunque el feeling pueda parecer poco y que la distancia y los horarios nos separen, recuerdo cada tesoro que me has legado en forma de consejo, y agradezco cada valentía que protagonizaste en mi nombre.
Siento que quizá no entiendas del todo estas letras, pero al igual que los sueños son difíciles de dibujar, los sentimientos toman mejor forma en este estilo.
Te quiero Ana, y eres una flor muy importante en mi ramillete de cuatro.
sábado, 9 de marzo de 2013
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