Bailas alrededor de los sueños, como ninfa perdida juegas en tu tablero que no es el tuyo.
Revoloteas sin rumbo, alegre en tu inconsciencia cuando sacias tus deseos, con la desdicha a cuesta cuando el mundo no se postra a tus pies. Mal golpe del destino que viró tu rumbo hacia el limbo de los olvidados, donde todo es humo. Humo que me atrapa y me envenena. Tan entretenida en su olor que me cuesta darme cuenta de apenas veo. Te conviertes en estela, fantasma, no existes por ser ente, sino por el halo que desprendes a tu paso.
Intenté tirar de tu mano para traerte a mi mundo, pero no me di cuenta que era yo la que me elevaba. Tanto subí que rocé tus labios y el embrujo de tu saliva me dejo inconsciente.
Ahora, de vuelta a mi mundo, sé que no quiero volver, pero noto tu presencia fantasmagórica allá por donde voy. Como nudo que tratas de ignorar te llevo a mi vera esperando mis momentos de debilidad.
Me matas, me haces perderme, me vuelvo vulnerable y pierdo el rumbo. Cada vez que te busco vuelvo magullada y sin aliento. Consumes mis esperanzas y debilitas mi latidos. No tienes nada bueno que ofrecerme, y yo a ti si. Me lo quitas todo y lo tiras, desprecias mi mundo y me hundes. Aletargada me dejas cada vez que me tocas y si no fuera tu hace mucho que estaría lejos.
Sin embargo, entre todo lo que tengo, o tenía, que es mucho y lo necesito, falta una sola cosa. Y esa cosa sólo la encontré en ti. Ya no sé si es que no supe verlo en los demás o que fuiste tu quien me enseño a verlo. ¿Cual es el precio que estoy dispuesta a pagar? Me vuelvo loca al comprobar que cuando escucho "tantísimas cosas tan bellas" de su boca provoca que mi corazón tan sólo pueda imaginarnos con las piernas entrelazadas. Sólo en ti encuentro la sal que le falta a mi receta perfecta...Pero me sale cara, muy cara, y es más sano comer sin sal, aunque menos sabroso.