Puede que para mí el amor sea un deporte riesgo, puede que necesite siempre dejar un pie bien asegurado. Y da igual si es un amor con sexo hablado, practicado o ignorado, que son iguales de peligrosos. La diferencia está más en la diversión que en los daños que pueden provocar.
Sin embargo, silenciosamente pido esperando que la inspiración de los demás me escuche. Es tan sólo una cosa, pero algo complicado. Voy en busca de quien se atreva a tener paciencia. A esperar por mis pasitos y que no se asuste cuando el viento me sopla en contra. Paciencia para aceptar mis incongruencias aunque no se entiendan.
Quizá sea demasiado si pido que me dejéis querer a mi manera. A vosotros y a los demás. Voy camino de mudarme de ciudad pero déjame que me lleve una parte. Déjame que la quiera diferente a los demás y diferente a ti. Si la paciencia te llega, verás que no tienes nada que temer. Que pasos pequeños en este terreno no significa andantes pequeños. Déjame que le quiera, déjame que le dé lo que todavía no dí. Déjame que le dé lo que un día dí y me devolvieron. O me lo tomé de vuelta. Ten paciencia para demostrarte que no caerás en el olvido. Si me dejas, verás que te distingo entre un montón de gente.
Y, por supuesto, que nadie se tome en serio nada de lo que escribo.
Y, por supuesto, que nadie se tome en serio nada de lo que escribo.