Mientras llegas a casa te escribo estas líneas. Lo hago consciente de que me miento y te miento, porque en realidad todo trata sobre mí. En este punto de mi vida, no dispongo de un "YO" que no esté moldeado por el trayecto que un día compartimos. Desde el día que te conocí, cuando hablaba de ti, tan sólo era para describir los cambios que se producían en mi. En el momento que empecé a deshacer los cambios, también eras tú a quien usaba de chivo espíatorio.
Es mi ego el que gobierna este blog que voy dando forma a golpe de desastres. También llamados segundas oportunidades. Ahora que todo acabó. Ahora que sólo tenemos que saber aprovechar nuestras segundas oportunidades. Ahora que tenemos que hacerlo por separado para después ponernos al día. Ahora me doy cuenta de que la fuerza sin control, sin duda, es una fuente inagotable e incierta de catástrofes. Sin embargo, el ser humano es un ser débil y apocado que utiliza los elementos, ¿qué fuerza puede hacer al ser humano tan potente? En este momento yo estoy convencida que es la palabra. A veces, hablamos y hablamos hasta cansarnos nosotros mismos y a los demás, y a menudo no en ese orden. Otras, nos quedamos cortos de voz y ahogamos los sonidos que nos traerían consigo la dicha. Y, en raras ocasiones, rarísimas diría yo, acertamos. Decimos las palabras justas y adecuadas. En el tono exacto para convertir el aire exhalado en buenos provechos.
En ocasiones quien primero dice "Te quiero" pierde. En otras, perdemos aquello que queremos por no decirlo suficientemente fuerte, o hacerlo demasiado tarde. En ocasiones, un buen consejo te aleja de un abismo, o incluso, te empuja hacía él.
Encontrar el término es tan difícil que podemos estar años sin conseguirlo. O creyendo acertar en realidad estamos errando. Lo peor de todo, es que nos daremos cuenta cuando nos hayamos salido en la curva. O cuando el avión que debíamos coger sobrevuele nuestras cabezas. O incluso, cuando alguien haya sido atropellado. Llevo tiempo buscando los verbos que hagan más leve el sufrimiento. Quizá mi error, fue creer que podía evitarlo. Quizá el verbo que me gustaría regalarte sería "CONTINUA" o "AVANZA" o simplemente, que conjugues bien el verbo "SER".
Mientras tanto, me gustaría repartir muchos verbos y adjetivos que tengo ganas de mandar. Sin embargo, no me gustaría convertirlos en potencia sin control, por lo que no cerré el sobre.
domingo, 9 de noviembre de 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario