Llevo todo el dia pensando en que quisiera construir un secreto. Desde siempre aprendí a vivir rodeada de mentiras, aprendí a fingir y me acostumbre a ocultar algo de mi al resto del mundo, por miedo a que juntando las piezas pudiesen robarme el camino que voy construyendo. Sin embargo, paso a paso, voy desvelando quien soy, a los demás y sobre todo a mi misma, duro camino que empezó en tropiezo. Aun así, sigue seducciendome como una manzana envenenada el poder de los secretos, los misterios, el guardarme algo y que nadie imaginase quitarme,pues no saben que lo tengo. Por eso, te quiero así, envuelt en un secreto. Un secreto solo de ls dos, que nos una más que nuestros besos. Por eso, sellaría tus labios con los mios hasta difuminar las lineas que los separan del resto de la cara. Por eso, iría poco a poco dando forma a este secreto, haciendolo más grande, tan grande que ocultase mil y una historias que solo los protagonistas sepamos entender. Porque un secreto, se esconde tras mentiras pero se llena de verdades. Porque un secreto para uno solo es una carga, y si se sostiene sobre tres o más palos deja de ser secreto. En cambio, para dos, un secreto es perfecto, lo mismo que perder, lo mismo que ganar, incorruptible.
Los secretos son cofres que guardan tesoros, unas veces piratas, otras veces legales, pero siempre siempre valiosos. Siempre es lo más importante lo que más se guarda y se oculta, para que nadie pueda dañarlo ni adueñarse de ello. Quiero conservarlo así, en el cofre de un secreto. Que no pueda convertirse en la historia de una amiga, o en la historia de una hermana o en la historia de una hija, que solo pueda ser nuestra historia.
Un secreto que incluye el estremecimiento de cada beso aparentemente inocente que se cae en la comisura de los labios ajenos. Un secreto que incluye esquivar tu mirada a veces para que no lean en mis ojos que muero por recorrer tu cuello y hacerte caricias de dudosa inocencia. Un secreto que incluye quizá una lagrima contenida al dejarnos huellas por la piel.
A pesar de todo, no confesaría que te quiero, sé que tus lagrimas me sabrían a hiel y que movería cielo y tierra porque fueses feliz, pero no sé si te podré querer como llegué a querer a alguno de ellos.
De hecho, mi corazón late solo cuando mi cerebro duerme. Si lo pienso, no le encuentro sentido, no es logico, no es propio...pero, si me encanta entrelazarme contigo, rozar tus labios, tus caricias, ¿quien soy yo para pensar?
Y si a pesar de mis años, todavía me queda por aprender, y si quizá seas tu quien me tiene que enseñar como quererte, como ir más alla de este juego tonto que un día el alcohol dejó que empezase. ¿Y si en el más alla encontramos solo un precipicio?Prometeme que iremos atando una cuerda a los árboles para que aunque un día el juego se acabe, o que aunque un día el juego deje de serlo y dejen de valer los "crucis", sobre nosotrs siempre sobrevuelen los lazos de esta amistad...
Una vez más vuelvo a refugiarme en la ambigüedad de la literatura, manejando ficción y realidad escondiendo la proporción de cada una...y me encanta ser tan yo y a la vez alguien tan ajeno...¿Cuantas historias es posible describir sin haberlas vivido antes?
lunes, 7 de febrero de 2011
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