Camisetas geniales!!!

"Nos han enseñado a tener miedo a la libertad; miedo a tomar decisiones, miedo a la soledad. El miedo a la soledad es un gran impedimento en la construcción de la autonomía". (Marcela Lagarde)

martes, 15 de septiembre de 2015

Esquela

Este escrito es para comunicar un hecho que en el momento mismo de producirse ha dejado de tener relevancia. Este acontecimiento se trata ni más ni menos que de mi muerte. Se desconoce la fecha exacta de este suceso, por lo que en la lápida no estará datada. Además dada la inusual importancia de un fenómeno de tales características, nadie pondrá objeción ni impedimento. Lo curioso es que, como anuncié al principio, justo antes de la muerte, mi fallecimiento habría arrastrado grandes consecuencias humanitarias.

Mi vida terminó porque perdió transcendencia. Había dejado de ser la fuerza imparable para ser el objeto "inamovible". Y como objeto móvil rodó y rodó hasta llegar al fin de su existencia. Esto ocurrió quizá por culpa de mi ego. Un ego desorbitado que poseía la extravagancia de los grandes artistas, aquellos que buscaban la inmortalidad por medio de su obra. Este ego ciego y tonto, centro su obra en los corazones ajenos. El material más difícil de esculpir. Tan frágil que en cada descanso de cincel pueden perderse las formas.

Podría haber bastado con pintar leves sonrisas, o contentarse con cantar susurros que ericen el vello a más de una persona. Incluso escribir poemas entre renglones de lunares habría sido un logro considerable. Sin embargo, era demasiado poco para alimentar tanta ambición desmedida. Quiso buscar la transcendencia en algo demasiado volátil. Quiso cambiar las normas establecidas y volver prescindible lo imprescindible.

Por más inverosímil que parezca, logré encontrar el material y la forma adecuada para calmar esa sed de grandeza. Por fin encontré el camino hacia mi obra maestra y una vez concluida, la dejé volar en un incauto acto de  generosidad.

Y se fue, se fue sabiendo lo que yo sé. Se fue sabiendo que sólo hay una mejor amiga, sólo hay una hermana preferida y sólamente puede haber una hija predilecta. Se fue dejándome la certeza de que lo único que puede haber más de una son amores. Se fue y al irse me hizo un poco más pequeña. Se fue y me devolvió a mi estatus de prescindible. Prescindible como los zombies queno se levantan de su caja. Tierra por encima, olvido por debajo.

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