Camisetas geniales!!!

"Nos han enseñado a tener miedo a la libertad; miedo a tomar decisiones, miedo a la soledad. El miedo a la soledad es un gran impedimento en la construcción de la autonomía". (Marcela Lagarde)

domingo, 4 de octubre de 2015

La pena

La pena es una droga barata. Es tan fácil conseguirla que, en ocasiones, la esnifas sin querer. Parece irónico que  los  bombardeos acerca de la imprescindible búsqueda de la felicidad nos conduzcan a la tristeza.  Debe ser porque conmueve, y tener sentimientos te hace sentir vivo. Es como si nunca fuéramos conscientes de su existencia hasta que duele.

Cierto es, que la alegría también podría moverlo. Sin embargo, de la misma fuerza resultan movimientos menos intensos con la felicidad. Debe estar relacionado con el mismo motivo que hace más difícil conseguir risas que llantos.

Es un paradigma indescifrable que siempre consigue atrapar más de la cuenta. Siempre consigue atrapar a más de los que se dan cuenta. La tristeza mece el alma despacio y se va acomodando sin hacer ruido para no despertar.

Cuando se despierta, porque siempre acabas despertando, puede llegar el final o no. El final llega cuando decides que no quieres seguir fumando tristeza y decides  abandonar el sin vivir por el vivir, aunque sea menos intenso. A veces te atrapas sólo y a veces es otro quien te atrapa. A veces, incluso eres tu quien pone las redes del hundimiento sobre otra persona.

Hay algunos ángeles de la tristeza que se alimentan de la felicidad y fortaleza de los demonios. Digo ángeles porque a menudo pueden desbordar bondad. Digo demonios porque nunca imaginan que son los débiles, los que cederán y sufrirán. Por eso, a veces, resulta hasta beneficioso que algún ángel te abandone. Aunque sea por otro demonio.

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