Transparente no es lo mismo que inocuo.
Transparente puede no ser invisible.
Lo invisible puede ser lo que más destaque.
Son unos versos dedicados a ella que tanto sabe. Ella es una gota transparente que encierra las partes más incomprensibles del mundo.
Su vida consistió en caer. A paso lento, acompasado. Quizá se podría decir que hasta apacible. Sin embargo, apenas cambió durante el recorrido hasta su fin. Un fin predecible y rectilíneo marcado por el borde de la ventana. Ella había amanecido con los primeros calores del coche, producto del morir del vaho. Ella, como tantas otras, era una gota de agua formada por la condensación. Pequeña y transparente.
Lleva consigo la contradicción, perezosa y llena de vida. Fruto del paso de la noche, aparece de día. Reposaba en un lecho blando y colorido. Sobre un edredón de brillante color rojo mostraba su desnuda figura. La foto desde aquel ángulo era una espectacular composición en la que ambas componentes, cama y durmiente, añadían valor a la otra. Ella es esa gota que deja el sol al amanecer sobre una rosa. La rosa impregna de color el transparente de su agua. La gota juega con el color de los pétalos esquivando las espinas, dándole vida a la propia vida. Redonda y reluciente.
Ella no sale en busca de aventuras, ella se escapa. Huye deprisa pero rueda lento. Tan lento que, a menudo, vuelve a ser atrapada por el mismo cuerpo que la dejo salir. Con un poco de suerte, alguien la retira antes, evitando su huida y su vuelta. Ella, tiene un sabor salado poco,. Su sabor amargo puede ser tan potente que lo sientas papilas gustativas distintas a las que lo prueban. Ella es tan transparente como las demás, salvo en la mejilla de algún rostro. En ese momento late tan fuerte que es imposible hacerse el ciego. Lleva consigo el peso del dolor, salió huyendo de un corazón destrozado cargada de pesar. Es una de las gotas más incomprendidas. Nadie quiere verlas, nadie las venera, y sin embargo, son las que más ayudan al alma. Son las que siempre están ahí cuando algo va mal. En cada gota de amargo salado, se está aliviando un poco de desolación sentimental. En ocasiones inclusos, una sola gota puede llegar a ser más intensa que el torrencial de sal que envuelve una pataleta. Todo depende de su composición. Su amargura y su sal.
Ella es hermana casi melliza de la anterior. Se desliza por el mismo terreno y tiene la misma forma en las pinturas. Sin embargo, difiere tanto en su composición que la mezcla con la piel es claramente diferente. Este agua en pequeña dosis, es tan salada como dulce. No huye sino que se escapa sin querer. No consuela sino que busca conquistar el mundo. Es el fruto de una alegría, una emoción o un descanso. Es la gota que colma el vaso de lo bueno. Es en su simpleza una espectacular visión del ser humano. Consigue endulzar varios corazones a la vez y permanecer en el paladar durante bastante tiempo. Es una lágrima buscada, una bonita forma de sonreir. Además es capaz de multiplicar su valor dependiendo de la circunstancia. Es genialidad. Sencillez y esplendor.
Lágrima camuflada entre gemidos. Consecuencia de tocar el cielo con la punta de los dedos. O de los labios. Aparece tras el sexo, pero sólo cuando se trata de amor. Se la relaciona con el acto de un orgasmo cuando se hace el amor. Olorosa y explosiva.
En definitiva, una gota transparente tiene tantos papeles y encierra tantos enigmas que tan sólo se me ocurre acusarla de mágica. Tan pequeña e incolora y cargada con significados descomunales, inmenso y variopintos. Es la clave de la existencia. Puede provocar más ruido y emoción incluso sola que entre miles. Pesa más una lágrima triste que el torrencial flujo de una cascada infinita. Emociona más una lágrima del centro del corazón que lo manantiales del centro de la tierra. Es te quiero, es me importas, es me duele, es me llena de alegría, es rabia, es aliento, es pasado, es presente, es futuro, es...magia. Todo esto y muchas más cosas que no acierto a escribir significa para mi una gota transparente.
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